CRÓNICA SOBRE MEDINA
AZAHARA (AL MAQQARI-S. X)
Su
techumbre era de oro y grueso y puro cristal, lo mismo que sus muros; sus tejas
eran de oro y plata. En el centro tenía un estanque lleno de mercurio y a cada
lado del salón se abrían ocho puertas, formadas por arcos de marfil y ébano que
reposaban en columnas de cristal
coloreado, de forma que los rayos del sol, al entrar por esas puertas,
se reflejaban en su techumbre y en sus paredes, produciéndose entonces una luz
resplandeciente y cegadora
Cuando
Al-Nasir quería asustar a los presentes o recibía la visita de algún embajador,
hacía un gesto a sus esclavos y éstos removían ese mercurio, con lo que el
salón se llenaba de sobrecogedores fulgores semejantes al resplandor del rayo,
creando a los que allí se
hallaban la
impresión de que el salón giraba en el aire mientras el mercurio seguía en
movimiento. Algunos dicen que el salón giraba para estar enfrentado al sol,
siguiendo su curso, mientras que otros afirman que estaba fijo, sin moverse
alrededor del estanque. Ningún otro soberano, ni entre los infieles ni en el Islam,
había construido antes nada parecido, pero a él le fue posible hacerlo por la
abundancia de mercurio que allí tenían.
APORTACIONES (PAPEL Y ASTROLABIO)
APORTACIONES (PAPEL Y ASTROLABIO)
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